El primer día me impresionó. El segundo me fascinó. También pasó lo mismo con el tercer y cuarto día. Pero conforme iba realizando sesiones creativas me daba cuenta de que las ideas y las preguntas que me realizaban los asistentes se repetían continuamente. Daba igual en qué ciudad estuviese. No importaba la empresa, ni el sector, ni el tamaño. Clase tras clase siempre me planteaban las mismas preguntas. Eso me llevó a pensar si a todo el mundo le interesaba lo mismo.

Tras casi 20 años impartiendo clases y dinamizando sesiones en cientos de empresas, puedo afirmar que de forma general, así es.

Esto me ha llevado a reflexionar sobre lo importante que son las preguntas que nos formulan, especialmente cuando coinciden, ya que esa coincidencia casi siempre esconde el auténtico valor de lo que estás haciendo.

Al final ese por qué, esa razón por la cual tu sesión parece el Día de la marmota, no es ni más ni menos que el interés real que tiene tu audiencia sobre lo que les estás contando. Y sí, igual tú llevabas un cajón lleno de Post-its  para esa sesión, herramientas súper novedosas, de esas que “dicen” que usan en Silicon Valley, etc… pero cuando dejas de pensar en lo bueno que eres y lo preparado que estás y escuchas realmente a tu público te das cuenta de que lo que tu querías no importa tanto como lo que ellos tienen en sus cabezas.

Conectar con las dudas, miedos e inquietudes de los que te están escuchando es lo único que hará que tengas éxito en tus presentaciones (talleres, seminarios, conferencias, etc..).

Por tanto, un buen ejercicio que me ha ayudado a diseñar mis sesiones creativas con diferentes equipos, ha sido el plantearme las tres preguntas que más me han repetido en mi carrera.

En mi caso, este es mi Top 3 de preguntas, las cuales desarrollaré más en posteriores posts:

  1. ¿Se puede aprender a ser creativo?
  2. ¿Puedo ser creativo si no tengo dotes artísticas?
  3. ¿Cómo puedo aplicar la creatividad en mi trabajo, teniendo la empresa procesos tan cerrados y estandarizados?

Al menos a mí me ayuda mucho saber que, lo pregunten o no, los asistentes tienen estas preguntas en su mente.

¿Y tú? ¿sabrías qué preguntas tiene tu audiencia? ¿construyes tu discurso según sus necesidades reales?