¡Qué difícil es innovar!

Cada vez que alguien me dice esta frase intento empatizar con él y con su empresa; pienso en qué estarán haciendo y en cómo les está saliendo, si no lo sé, les pregunto, y cuando me lo cuentan entiendo que no es que sea fácil o difícil, sino que tal y cómo lo hacen resulta prácticamente imposible conseguirlo.

Os dejo las 5 acciones que, según mi opinión, casi toda empresa ha puesto en marcha alguna vez para innovar y que probablemente no haya dado ningún resultado.

1 – Concursos de ideas: quién más, quién menos, tiene o ha tenido alguna vez un canal interno por el cual la empresa solicita ideas de sus empleados, premiando así la idea ganadora. Esto no acaba de funcionar ya que se trata de ideas muy fuera del foco, alejadas de la estrategia empresarial (la mayoría de empleados no la conoce) y, al carecer de formación y por tanto de herramientas, las personas suelen ser dar ideas muy obvias y bastante parecidas entre sí de lo que a priori pudiéramos pensar.

2 – Conferencias de gurús: lo creáis o no, muchas empresas creen que contratando speakers de prestigio para que vengan a contar su libro les resolverá los problemas para innovar. Una buena charla motiva, enciende la llama, pero si no hay nada a lo que agarrarse se pierde tan rápido como ha venido.

3 – Sesiones de Brainstorming (ya comenté en otra ocasión porqué esta técnica no acaba de funcionar en empresas fuera del sector creativo).

4 – Desayunos de Innovación: en tiempos pre-pandémicos, los encuentros con gente alrededor de bollería industrial y grandes cantidades de café y Post-it a partes iguales, eran la gran herramienta para innovar. Pero creedme, sólo era una excusa para desayunar y jugar con papelitos de colores (y con esto no quiero decir que los Post-it no puedan ser útiles, sólo que, una vez más, nos fijamos más en el dedo que apunta a la luna que a la propia luna).

5 – Comité de innovación: Si quieres exterminar del todo la innovación en la empresa, forma un comité. Sé que yo mismo, en mi propia metodología, propongo el iLAB – un equipo especializado que vela por la innovación central haciéndola más profesional y democrática -, pero ya os digo que no tiene nada que ver con lo que normalmente entendemos por comité. Éste lo forma gente que normalmente ni sabe ni tiene interés en saber nada sobre el tema. Se toman decisiones racionales todo el tiempo, dejando poco espacio para el pensamiento divergente. Digamos que lo que más les gusta es estar lanzando concursos de ideas, conferencias con sus amigos famosos y desayunos en hoteles. Pero así, no se innova.

En resumen podríamos decir que todas estas acciones no acaban de funcionar porque no hay una estrategia que una lo que los de arriba quieren con lo que sus empleados pueden ofrecer. Bien por falta de planificación, falta de recursos invertidos, o visión, el caso es que son pocas las empresas que están dentro de lo que podríamos llamar el «Club de los innovadores».