Como muchos de los de mi generación, fui a la universidad. En mi caso estudié psicología. Pasé allí 4 años, ya que me saqué la carrera en un año menos. Sin embargo, los últimos 11 años he dedicado gran parte de mi tiempo a trabajar en varias universidades corporativas (UniCorp), concretamente en la del Grupo Santander, Ferrovial y Everis. Allí he impartido mis clases de pensamiento creativo, de comunicación contagiosa o de algunas soft skills que me he llevado a mi terreno, actualizándolas y haciéndolas más creíbles y útiles, ya que los manuales de este tipo de competencias siempre me han parecido demasiado genéricos, poco útiles y de poca aplicación en culturas latinas (la mayoría son de cultura anglosajona).
En todos estos años me he preguntado muchas cosas sobre la creación de una universidad corporativa. ¿Son necesarias? ¿Realizan un trabajo que debería hacer la universidad convencional? ¿Viene la gente a la empresa realmente preparada? ¿Por qué es la empresa la que acaba pagando toda la fiesta?
No tengo respuesta a estas preguntas pero sí tengo una opinión formada tras miles de alumnos en estos años de clases. Y es que la gente viene muy poco preparada en cuanto a competencias se refiere. Ya os contaba el otro día cómo mi compinche Ranea y su mujer llevan tiempo con esta lucha en el Colegio Oficial de Ingenieros de Madrid. Él, como líder con equipo a su cargo, se las ve cautas para encontrar gente con un equilibrio en cuanto a competencias técnicas y personales. Eso perjudica mucho su labor, y por tanto es un punto débil de la empresa.
Aún recuerdo como otro de mis compinches en Everis (pendiente de conversación creativa) me confesaba su frustración a la hora de encontrar a gente adecuada para incorporar a sus filas.
Así que yo me pregunto si las universidades están haciendo sus deberes. Al fin y al cabo la relación uni-empresa se basa en que una forma al futuro trabajador para que la otra lo emplee. Y eso sólo está sucediendo en la parte técnica, y a veces ni eso. Entonces, ¿para qué ir a la universidad? Entiendo que médicos y abogados necesiten un título (es de lo poco que le queda a la institución para conseguir clientes) pero los demás…¿no harían mejor entrando a una empresa y aprender allí lo que necesiten?
Opino que cómo la universidad siga viviendo en paradigmas más del medioevo que de la sociedad del conocimiento, la empresa no tardará en dar un paso más allá en sus UniCorp para empezar a reclutar a todo ese talento por pulir, ya que ellos si están dispuestos a invertir recursos en ello.